miércoles, 27 de noviembre de 2013

PARQUE NACIONAL ARCHIPIÉLAGO JUAN FERNÁNDEZ E ISLA DE PASCUA





Se ubica en medio del Océano Pacífico a 587­ kms. al O. de la Bahía de Valparaíso.

Lo constituyen las islas Alejandro Selkirk  (ex Más Afuera), Robinson Crusoe (ex más a Tierra) y Santa Clara del Archipiélago Juan Fernández.

Tiene una superficie total de 18.300 hás. y alturas que van de 0  a 100 mts. s.n.m. Su altura más alta es el cerro Yunque con 950 mts. en Isla Robinson Crusoe. La topografía es, en general, accidentada, existiendo numerosas arrecifes e islotes de formas curiosas (El Verdugo, Guanango, El Viudo). La flora es de gran interés científico, existiendo familias completas de plantas autóctonas, por ejemplo 42 especies de helechos, la palma chonta, sándalo, michay, luma y otros. Es uno de los lugares de mayor interés botánico del mundo. Las templadas aguas que rodean las islas permiten por su cristalina transparencia la observación de un sinnúmero de peces de distintas formas, colores y tamaños. En la fauna marina sobre­salen, el lobo fino de dos pelos. No obstan­te, la especie más conocida es la langosta recurso del cual vive la mayoría de la población.

En tierra se observan aves exclusivas como: el picaflor rojo, cernícalo, el aguilucho de la Isla Marino Alejandro Selkirk, y otras como: gorriones, palomas, churretes, zorzales y rayaditos.

En la fauna destacan una pequeña colonia de vizcachas; grandes cóndores en las alturas; hermosos picaflores de los tipos cordillera no que anidan en los arbustos de los faldeos y gigantes que viven en los cactus.


Se encuentra ubicada a 3.760 kms. (2.100 mi­llas) al 0. del Puerto de Caldera, en el océano Pacífico.

Mito y realidad se confunden en Rapa Nui, su nombre origen nativo significa Isla Grande. Este trozo de tierra de origen volcánico y forma triangular de 162 km2 de superficie es un recurso arqueológico de importancia mundial por sus misterios en torno a las gi­gantescas esculturas de piedra llamadas "moais" desafiantes monumentos que por su maravillosa obra de mano no se pueden comparar con los trabajos de la misma especie realizados en el Continente. Igualmente las tablillas parlan­tes narran su historia en un lenguaje aún indescifrable.


La isla fue descubierta para la cultura occidental, en el día de Pascua de Resurrección por el navegante holandés almirante Roeggeween, quien la bautizó con su actual nombre. En 1888, el capitán de navío chileno don Policarpo Toro Hurtado tomó posesión en nombre de Chile de la Isla, anexándola oficialmente al territorio nacional.

Isla de Pascua o Rapa Nui es un sitio adecua­do para descansar de exótica belleza, amables usos y costumbre donde el turista podrá dis­frutar de las danzas y canciones típicas, de sus playas de aguas tibias y tranquilas, de paseos por extensas praderas y visitas a los volcanes extinguidos y cavernas donde se celebraban antiguos ritos.


Parque Nacional Rapa Nui


Tiene 6.800 hectáreas de superficie y alturas que van de 0 a 500 mts. s.n.m.
La flora presenta abundancia de gramíneas y alguna vegetación leñosa, entre la que se destaca el toromiro. En los cráteres de los volcanes apagados existen totoras y plantas acuáticas propias de las lagunas que allí se forman.
La fauna es esencialmente marina (atún, cormorán, langosta, erizo, jaiva, etc.) Mamíferos, prácticamente no hay.
En un interesante proceso de aclimatación, se han introducido algunas aves del continente (perdices, gorriones, tiuques y diucas).

Ram Raraku: Volcán extinguido situado al noreste de Hanga Roa, capital de Isla de Pascua. Es uno de los mayores y más curiosos sitios de la isla. Es allí donde se construían los Moais, y todavía se pueden admirar más de 150 colosos de piedra en todas las fases de su construcción.

Monte Orongo: 


Es el monte sagrado de la isla. Aquí se celebraban las festividades del Tangata­ Manu, hombre pájaro que era el jefe de la Isla durante un año.

Rano Kau: 


Volcán extinguido en el que se pueden apreciar las cuevas donde vivían los isleños. Son dignos de destacar los petroglifos, rocas esculpidas con signos y símbolos alusi­vos a sus creencias.


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